5-7-21
Hoy
aparece este concurso y voy elucubrando sobre lo que voy a escribir: de que
este sea el verano de mi vida.
Sé que estas palabras van a ser el inicio también de la entrada número 83 de mi blog, en la que, como digo en la anterior, quiero anunciar la publicación de mi undécima novela: “Trabajo para una editorial en Vandalia (o ¿Por qué no le pusieron oxígeno?)”. Al menos, lo voy a intentar.
Además, quiero que
aparezca un vídeo de mi canal de Youtube, de unos 15 segundos, donde aparecen
las obras de un amigo, artista del vidrio, que recibí hace unos días y otro
donde pido votos para un relato mío sobre el aceite de oliva, temática del
concurso, titulado: “Le petit olivier” (“El pequeño olivar”). La verdad es que
ahora lo que pido son solo “Me gusta” en los perfiles de Facebook y Twitter de
la entidad convocante del concurso, otro más. Y en octubre sí que pediré votos,
en la página de dicha entidad, que no solo me pueden hacer ganar a mí sino a
los votantes.
Si
quiero que este sea mi verano es porque imagino que alguien importante dentro
del mundo de la literatura se fija en mis escritos y hace que viva muy bien de
ellos ya, ahora, porque el tiempo apremia, no soy una chiquilla.
17-7-21
Son
las siete de la tarde y ya sé que la portada y la contraportada de mi undécima
novela no van a aparecer por aquí de momento. Tendremos que esperar a finales
de este mes o principios de agosto. Voy repasando, medio corrigiendo, por la
página 117 y pasado mañana tiro para Málaga, para pasar una semana con mis
padres y a lo mejor ver un día a mi hermana y a mi tía, y el portátil, donde
escribo esto, no me lo llevo. Como quiero entrar en el concurso escribo estas
palabras con prisa y dentro de un rato espero estar haciéndolas participar.
Eso
sí, a continuación, voy a compartir lo que aparecerá en la contraportada de mi
nuevo libro:
“Trabajo
para una editorial en Vandalia (o ¿Por qué no le pusieron oxígeno?)” es la
historia de M. B. M. (Margarita Bokusu Mina), contada en 1ª persona, en esta
ocasión desde finales de junio del 2011 a octubre del 2012.
Comienza
con las palabras de pésame que recibe por la desaparición de su amor y sigue
con los homenajes a este, pasando por la denuncia de las condiciones laborales del
único trabajo que encuentra y lo que intercambia con su hermana, varias amigas (como
Pamela -la hippy que ha regresado a Viena- y Bea -que sigue de cruceros-, entre
otras) y un nuevo amigo.
El diario supone en primer lugar un
compromiso con nosotros mismos. Ayuda a que seamos conscientes del día a día y
del trabajo constante y progresivo. Estimula el hábito de la escritura y nos
libera de toda presión sobre la voz narrativa y los lectores.
El diario implica libertad absoluta
tanto de forma como de contenido. Está abierto a textos, pruebas, vivencias,
pensamientos, reflexiones, recuerdos, citas… incluso a poemas, dibujos y a
cualquier otra forma de expresión.”
Además, un nuevo amigo bien pudiera
aparecer este verano, ese que no lo hizo el pasado por culpa de la pandemia. Aunque,
si he de elegir, me decanto por vender millones de ejemplares de mis novelas.
Versionando
a Serrat: “Este puede ser un gran verano, plantéatelo así, aprovecharlo o que
pase de largo, depende en parte de ti.”
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